Las Lenguas Contables del Siglo XX

Un Ensayo Sobre las Lenguas Contables del Siglo XX


I
Medida y Lengua


Para estudiar y describir los principales fenómenos económicos y sociales de una economía, resulta esencial el desarrollo de modelos, pues éstos permiten organizar, sistematizar e interpretar la información que podemos tener disponible. 
Aunque sólo los especialistas conocen la lógica y procedimientos de estos sistema de medida, no por ello podemos concluir que su relevancia sea limitada. Por el contrario, parecen despertar , en  la era de la información,  un interés inusitado. Pero  no es esta cualidad la característica esencial de este curioso fenómeno sino  el  hecho de que éste posea un carácter general. En efecto, los resultados de estos sofisticados sistemas contables parecen dominar  la dinámica de la investigación científica, inspirar los planes de las administraciones públicas, motivar el entusiasmo de los inversionistas internacionales, satisfacer la condicionalidad requerida para acceder a un préstamo, y justificar las acciones  de política de los gobiernos  nacionales.
Desafortunadamente, la popularidad de una construcción social y, en especial, su uso difundido, no es un proceso que  venga acompañado por una conciencia plena de los principios que norman su estructura, los problemas que llevaron a su creación ni, sobre todo, de los límites  intrínsecos a su diseño mismo. En efecto, la difusión de una determinada práctica presupone cierto grado de automatismo e imprecisión en su uso y, sobre todo, el uso creciente de  interpretaciones metafóricas, ya que son éstas las que permiten la ampliación constante del sentido y así extender las dimensiones de su aplicación.
En  efecto, los sistemas que ha desarrollado la economía política para medir los principales hechos económicos  son sólo un tipo especifico de lenguaje humano,  un idioma  artificial cuya estructura no es  muy diferente, a otros que se desarrollaron en eras anteriores a la nuestra
Nos dice Michael Foucault, en el prefacio de  Las Palabras y las Cosas, que los códigos fundamentales de una cultura, fijan de antemano  los órdenes empíricos que reconocerá. En esta misma obra, también que este reconocimiento es arbitrario, pues es posible identificar, en el tiempo y el espacio,  un gran número de estos sistemas de organización de  la realidad empírica. 
En este mismo prefacio, Michael Foucault, indica que  llegó a esta conclusión después de leer un ensayo de Borges, El Idioma Analítico de John Wilkins, que  describe la lengua artificial  diseñada en el siglo XVII por este estudioso británico. Formar un idioma general para organizar y abarcar todos los pensamientos humanos puede parecer  una empresa curiosa, pero ¿no son estas ambiciosas pretensiones  equivalentes a aquellas postuladas por los  nuevos sistemas de medida?  En el idioma analítico, todo el universo es dividido en cuarenta categorías, subdivisibles cada una de ellas en diferencias,  subdivisibles a su vez en especies.  A cada género se le asigna un monosílabo de dos letras; a cada diferencia, una consonante; a cada especie, una vocal. De la misma forma, el sistema de contabilidad nacional, divide la actividad económica  con la Clasificación Industrial Uniforme de todas las Actividades Económicas (CIIU, Rev3), y el objetivo de la misma es permitir a los países producir estadísticas comparables a nivel internacional. En esta lengua contable, también  todas las actividades económicas son subdivididas en secciones, divisiones, grupos y clases. A cada sección se le asigna una letra, pero se utilizan guarismos para denotar los órdenes empíricos inferiores. Quizás, la única diferencia importante que exista entre la lengua contable y el idioma de Wilkins sea el hecho de que en este último es posible utilizar las palabras fundamentales para definir otras palabra mientras que esta posibilidad no existe en la lengua de los contadores sociales. Sin embargo, esta deficiencia  del diseño, se intenta remediar   mediante  revisiones periódicas que introducen nuevas actividades económicas  y descartan  todas  las que pierden importancia.
Pero como objeta Borges, un examen detallado de las distintas divisiones revela con facilidad la ambigüedad y arbitrariedad del procedimiento. Por ejemplo, en el idioma analítico, los metales se clasifican en imperfectos, artificiales, naturales y recrementicios; en la lengua contable podemos encontrar similar ambigüedad en el tratamiento de las industrias  dedicadas a la producción de materias primas. En efecto, los autores de la clasificación internacional uniforme  decidieron  que  la comparación internacional requería separar de la Agricultura, Minería o  Pesca,  la  etapa final del proceso de producción de las principales materias primas. Por ejemplo,  se  suele distinguir en la actividad minera una fase extractiva, incluida en este sector, y una etapa de refinación que pertenece a la manufactura; similar tratamiento se otorga al petróleo,  la harina de pescado, el algodón, el café, la carne y el azúcar. Como no existen mercados organizados, para ninguno de estos productos, el cálculo de su valor , se  basa en convenciones que consagra la costumbre.  No se trata de un punto trivial, porque la aplicación mecánica de los principios de la lengua contable, especialmente en la  economías de América Latina,  puede llevarnos a conclusiones absurdas. En efecto, cuando utilizamos  los principios de la lengua contable para estudiar la composición de las exportaciones peruanas,  llegamos a la conclusión de que el Perú  es un país exportador de productos manufacturados.
¿Expresan  únicamente estas alarmantes conclusiones  una limitación inherente a toda lengua humana o esconden éstas un proceso social más fundamental?   Hago la pegunta porque  una lectura de la historia de la ciencia nos revela que la empresa de John Wilkins  puede ser más general que lo  imaginamos a primera vista. Guiado por un  entusiasmo similar, el gran matemático alemán, David Hilbert, en el Congreso Internacional de Matemáticos que se celebró en París  a principios de 1900s,  propuso a los asistentes un proyecto de investigación   para basar las matemáticas en bases sólidas y completamente lógicas. Su propuesta tomo forma definitiva, cuando se transformó en el programa de  Hilbert, acometer esta empresa mostrando que toda la matemática se sigue de un sistema de axiomas escogidos correctamente ; y , en la posibilidad de probar la consistencia de los mismos.  Desafortunadamente, este intento que buscaba eliminar toda incertidumbre teórica de las matemáticas, creando una lengua artificial, terminó acabó en derrota., cuando en 1931, Gödel , demostró el teorema de la incompletitud, del cual se deducía    que el programa de Hilbert era imposible, ya que con un sistema finito de axiomas, no era posible el  carácter no contradictorio de ningún len guaje formal.  
¿No  nos dice Borges algo similar  cuando n os indica que  en las remotas páginas de  la enciclopedia china  Emporio celestial de conocimientos benévolosdivide a los animales en  " (a) pertenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados , (d) lechones, (e) sirenas, (f) fabulosos, (g) perros sueltos, (h) incluidos en esta clasificación, (i) que se agitan como locos, (j) innumerables, (k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, (l) etcétera, (m) que acaban de romper el jarrón, (n) que de lejos parecen moscas", o, cuando comenta la caótica parcelación del universo del Instituto Bibliográfico de Bruselas?  Puede ser, pero también , con estos ejemplos, nos ayuda a   responder a  la pregunta que hicimos inicialmente.

I

LAS LENGUAS CONTABLES DEL SIGLO XXI

Una breve revisión de las estadísticas   que producen los gobiernos nacionales, las instituciones internacionales, y, los centros de investigación ,  nos permite  elaborar  una taxonomía  compuesta por tres grandes grupos: (1) Los Sistemas de Contabilidad Nacional , (2) Los Sistemas Usados para Medir los Ciclos Económicos; (3) Los Sistemas de Estadística Cualitativa
Un discurso  reciente del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy[1],  nos permite comprender el papel  de los sistemas de contabilidad nacional en el mundo contemporáneo. En él, el destacado político francés  y un grupo de economistas de distintas nacionalidades, proponen abandonar el concepto central del sistema, el producto bruto interno, y, buscar  una nueva forma de expresar el bienestar de una economía.   Opina , en efecto, Sarkozy  y los especialistas que lo acompañan, que  este concepto e inadecuado, porque es incapaz de decirnos cuan sostenible es la trayectoria de una economía o  cuán satisfechos con sus condiciones de vida se encuentran sus ciudadanos.
Lo realmente interesante en el discurso del presidente francés no es la afirmación  que hace el presidente , ya que es sencillo rebatir la crítica  , como lo hace Steve Landfen, el director del Bureau of Economic Analysis (BEA), la oficina del gobierno de los Estados Unidos que estima las Cuentas Nacionales en ese país. En efecto, el  indicador en cuestión  no tiene porque reflejar el bienestar o el grado de sostenibilidad de un patrón de desarrollo económico, pues  sólo expresa cuan extensa es una economía de mercado. Obviamente, los defensores de este concepto sostienen que la variable cumple con eficiencia en este papel..  Pero, ¿es cierta esta afirmación? ¿mide el producto bruto interno con precisión la marcha del ciclo económico ?
Si bien este índice, registra teóricamente el valor de la producción de bienes y servicios de un economía en un lapso de tiempo, en la práctica, las agencias estadísticas, sea por razones presupuestales o por las limitaciones estructurales de los registros que posen, carecen de la información requerida para realizar el cálculo teórico, y, por estar rezón, se ven obligadas a conjeturar la evolución de un número vasto de industrias o sectores económicos. Como  resultado , este índice, especialmente en el corto plazo, no mide, en realidad, la evolución de la producción agregada de una economía sino un compromiso donde intervienen datos parciales, conjeturas educadas y procedimientos consagrados por la costumbre.
Alan Greenspan , gracias a su experiencia en el difícil arte del pronóstico económico, conocía bastante bien estas limitaciones cuando expresó :
"Aunque estos estimados cuando son publicados tienen una profunda influencia sobre el mercado y son la base para proyectar el presupuesto del gobierno federal,  no puede recordar una oportunidad en que su integridad no haya  sido puesta en cuestión. por los especialistas y observadores informados. Ello es así porque  mucha de la información publicada, contiene conjeturas sobre información que  el momento no se encuentra disponible[2]"

Existen también otras dificultades, que pueden tener profunda relevancia  para las economías no desarrollas  y que tienen que ver con la peculiaridad de su estructura productiva. En primer lugar, la metodología estadística que se utiliza en el proceso de estimado, presenta limitaciones cuando  la coyuntura  es dominada por eventos extremos que afectan a un número muy limitado de industrias. En estas circunstancias, es probable que el índice  global de producción no exprese las condiciones generales  que prevalecen en una economía  sino lo que ocurre en estos sectores. Ello es así, porque  este indicador  es un  promedio ponderado de  índices individuales de producción, Este tipo de construcciones estadísticas, aunque populares, son poco robustas, es decir, sensibles  al impacto de este tipo de eventos excepcionales. En segundo lugar, los pesos que se  utilizan para  agregar los índices  individuales de producción,  pueden ser bastante sensibles a las condiciones económicas que  prevalecieron en el año  elegido como base y que se emplea para realizar la comparación. 
Si bien , en el pasado, estos problemas no parecían muy relevantes en las economías más avanzadas, el tránsito hacia una estructura  productiva post- moderna,  dominaba por las industrias de servicios y por la producción comercial de símbolos, cuestiona seriamente los métodos   de estimación del indicador agregado de producción.
En realidad, los autores del informe encargado por el presidente de Francia, son plenamente conscientes de este fenómeno ,y, el reclamo de  los políticos  bien informados, no hace sino constatar la creciente disociación  entre la percepciones subjetivas y las medidas oficiales.
Los procedimientos utilizados para medir la actividad económica fueron  inventados para reflejar la dinámica de una economía industrial, en la cual las industrias manufactureras y no  aquellas ubicadas en el servicios,  cumplía el papel fundamental en la dinámica económica.  Como en ella, la producción compone, en su gran mayoría, de productos estandarizados,  es posible utilizar en cómputo de los agregados macroeconómicos, una medida unidimensional y definir, sin discusión, una unidad para medir el ritmo de la actividad económica.
Sin embargo, cuando aumenta la complejidad de los productos, sea porque combinan en un mismo diseño distintas dimensiones , sea por aumento en su abstracción o por su conversión en símbolos que no poseen  un claro correlato material,  medir la producción  se vuelve todo un desafío.
Por ejemplo, ¿cómo podemos cuantificar la producción global de las prendas femeninas que se exhiben en las tiendas más exclusivas de Nueva York? En apariencia  se trata de prendas de vestir , pero  ¿lo son? ; son exclusivas, su valor excede al de la computadora más sofisticada , y, en la determinación del mismo los componentes materiales parecen irrelevantes.  Y, no se trata de un único caso, ya que tampoco existen metodologías aceptadas para cuantificar  la producción de servicios financieros, servicios educativos, las actividades de investigación o los nuevos productos de la industria de la comunicación o la información.
Por esta razón, resulta más prudente, suponer que es imposible resumir el estado de una economía  un  sólo indicador, y, en vez de este supuesto postular que éste no es un fenómeno que podemos observar directamente.
En particular, Joseph Stiglitz y Amartya Sen, los autores del informe recomiendan  otorgar un mayor peso, a las trayectorias del ingreso nacional, el consumo y el ingreso personal, pues las experiencia reciente, con claridad muestra que puede haber una enorme discrepancia , entre la marcha del producto bruto interno y el comportamiento del producto bruto interno .También otorgar una mayor  importancia a la distribución del ingreso, consumo , y, riqueza, para reflejar con mayor precisión  la evolución de los valores centrales de esta distribución ,y, el de sus extremos. Finalmente, consideran indispensables seguir con atención la trayectoria de la riqueza y de los balances sectoriales de los distintos agentes económicos.
En esta perspectiva, pueden ser prometedor generalizar el método  utilizado por los  teóricos de los ciclos económicos , pues su sistema nunca ha postulado que el estado de una economía pueda medirse con sólo un indicador. La complejidad del fenómeno que estudiaba, los llevo a conceptual como el  movimiento  común   de un conjunto específico de indicadores. Pero, como éste  podía  manifestarse, con desigual intensidad en  cada serie y en el con junto, esta comprobación los llevo a estudiar el fenómeno , desde diferentes perspectivas: la de la producción, la demanda y el empleo,  ya  que es inusual que se registre una simpatía perfecta en los  movimientos de estas variables.  Por esta razón,  su  programa de investigación siempre se basó en un paradigma multidimensional.
El objetivo de este documento de trabajo es explicar los fundamentos de su método ,  ilustrar los resultados  con el mismo con estadísticas de los distintos países de América Latina, y, finalmente discutir  cómo con este método es posible obtener una visión  más precisa de la crisis actual que la que podemos alcanzar con la contabilidad nacional

II

MEDIDA Y CICLO ECONÓMICO

Después de  un breve examinar las estadísticas disponibles en los distintos países, la calidad probable de la información disponible, y, la  probable  disponibilidad, de las series estadísticas disponibles, proponemos construir este indicador compuesto a partir de las siguientes series estadísticas:
·        El producto interno bruto
·        El índice de producción industrial ( Minería, Manufactura y Electricidad)
·        La Demanda Interna Autónoma  ( Gasto Publico , Inversión Bruta Fija e Inversión Privada)
·        El  Volumen de Comercio Exterior ( Exportaciones , e Importaciones)
·        El producto interno bruto de los sectores no primarios

        Si  X(i) denota la serie i, el indicador compuesto puede obtenerse para cada economía de la comunidad,  si pudiéramos especificar mediante algún procedimiento  ,pesos que   reflejen  los movimientos conjuntos de estas series.  La fórmula para derivar la trayectoria del este indicador compuesto puede escribirse en la forma que indicamos a continuación:
lnI=(1)*lnX(1)+w(2)*lnX(2)+…+w(i)*lnX(i)+…+lnX(n)
Existen numerosos procedimientos estadísticos, que nos permiten determinar los pesos que corresponden a cada serie individual, pero después de examinar  la distintas propuestas, nos inclinamos por el método que emplea, The Conference Board,  la organización privada, que publica indicadores semejantes para los distintos países de la OECD.
El procedimiento que  utiliza esta organización para computar, I, el índice agregado de actividad económica  consta de cinco pasos:
Computar las tasas de variación para cada componente. Si el componente es un porcentaje o una tasa de interés, estas se computan mediante diferencias aritméticas: xt=Xt-Xt-1. Si este no fuera el caso, utilizar , diferencias logarítmicas: xt= lnXt-lnXt-1.
Ajustar estas variaciones para igualar la volatibilidad de de cada componente. Computar para ello, la desviación estándar, vx, de los cambios de cada componente. Invertir estos estadísticos ,es decir, tomar wx=1/vx; sumar y normalizar para que estos factores sumen 1 . Denotaremos a los factores normalizados por la letra rx,
Determinar la tasa de crecimiento del índice compuesto. Para ello utilizar la siguiente fórmula:
it=r1*x1,t+r2*x2,t+…+ri*xi,t+…+rn*xn,t
Computar el nivel de índice. Para ello acumulamos las variaciones del índice compuesto , haciendo igual a cero el valor inicial.  El nivel del índice en cada mes se obtiene mediante la fórmula
I= 100*exp(lnIi)
Escoger algún año como base .  Computar el promedio de los índices que corresponden a este año; dividir todo la serie por este promedio.
Para calcular los indicadores de actividad económica para los países de América Latina, se utilizaron los Cuadernos estadístcos de la CEPAL. En particular, el número titulado “América Latina y el Caribe: Series históricas de estadísticas económicas 1950-2008”. Se utilizaron las series anuales del periodo 1950-2008 para los países  de la región, sin incluir el Caribe, por ser las series disponibles de muy corta duración.
Asimismo, se omitió la información sobre El Salvador, Haití y Cuba debido a la poca disponibilidad de datos y su relativamente pequeña participación en la región, tanto en PBI como población.
Existen, a su vez, países para los cuales no hubo disponibilidad de información respecto a ciertos sectores durante parte del periodo de tiempo bajo análisis. Particularidades de los sistemas de contabilidad nacional. Esto, debido a que algunos países no disponen de una estimación completa del PBI por clase de actividad económica o tipo del gasto. Es también posible que la relativamente poca importancia de un sector para una determinada economía, lleve a que la producción correspondiente sea incluida en otro más general; por ejemplo, una un país con escasa minería probablemente contabilice la actividad correspondiente a esta actividad dentro del sector manufacturero.
En particular, Uruguay no dispone de información respecto a la actividad minera para el periodo comprendido entre 1950 y 1959. Los datos correspondientes al volumen de comercio y a la demanda interna autónoma, compuesta por gasto del gobierno y formación bruta de capital fijo, están disponibles solo a partir de 1955.
Otra economía que presenta complicaciones es la República Dominicana, para la cual se registran los sub-componentes de la producción industrial (minería, manufactura y electricidad) recién a partir de 1960. Caso similar es el de El Salvador, para el cual se tiene datos de la demanda interna autónoma ni comercio recién a partir de 1963. Por otra parte, la serie del sector manufactura para Costa Rica no presenta observaciones para el periodo 1950-1970.
Para Venezuela no se tiene disponibilidad de información desagregada sobre el comercio exterior desagregado en exportaciones e importaciones sino hasta el año 1990. La serie de exportaciones hasta aquel año hace referencia a las exportaciones netas, mientras que entre 1950 y 1990 no hay dato alguno de importaciones.
Quizás de mayor importancia, debido al tamaño relativo de estas economías dentro de la región, sea la falta de datos correspondientes al gasto público para Argentina y Brasil durante el periodo 1970-1990.
Esta falta de datos presenta cierta limitación para la construcción de los indicadores. Afortunadamente, la naturaleza del indicador propuesto permite subsanar, al menos parcialmente, este problema, al utilizar las variaciones en los componentes para la construcción del indicador final. De este modo, es posible omitir aquellos subcomponentes para los cuales no haya información disponible durante determinado periodo de tiempo, tomando como supuesto que el movimiento del componente a lo largo de este, está explicado solamente por los sub-componentes lo suficientemente importantes como para ser medidos.
Si bien la CEPAL realiza el empalme de las series de corto y mediano plazo para construir series de mayor duración, estas no tienen una longitud mayor a veinte años debido a que, como señala el SCN 1993, Para un único índice tratado aisladamente, el empalme es una  simple  operación  aritméticaen un marco contable no es posible preservar las relaciones contables entre un agregado y sus componentes al mismo tiempo que se empalman por separado dicho agregado y sus componentes”[3]. Llevar a cabo el procedimiento de empalme resulta en una discrepancia entre el valor del agregado y de la suma de sus componentes, que puede llegar a ser demasiado grande para series muy largas. Es así que la CEPAL segmenta las series en tres periodos: 1950-1970, 1970-1990 y 1990-2008.
Para fines del presente trabajo, sin embargo, no se requiere de un agregado, sino de las series individuales. Es preferible, además, tener series lo más largas posibles para poder observar mejor el ciclo económico. Es así que resulta permisible realizar el procedimiento de empalme mediante una regla de tres simple para obtener series de mayor longitud.
A continuación, representamos  gráficamente  los resultados para las principales economías de América Latina:  Brasil, México, Argentina, Chile y el Perú (Ver Gráficos 1-5).


Gráfico 1: Actividad  económica - Brasil (índice, 2000=100)


 Gráfico 2Actividad  económica - México (índice2000=100)

 Gráfico 3Actividad  económica - Argentina (índice, 2000=100)

 Gráfico 4:  Actividad  económica - Chile (índice, 2000=100)

 Gráfico 5:  Actividad  económica - Perú (índice, 2000=100)


Como apreciarse, después de examinar las series el indicar parece marcar con bastante  claridad las crisis de la región.  Y, lo hace a pesar del uso de estadísticas anuales, poco apropiadas para el estudio de los ciclos económicos.  Favorece , sin  duda este resultado, la inestabilidad  característica de América Latina y  el hecho de que las series escogidas sean las que expresen con mayor energía la marcha del ciclo económico.
Podemos también a simple vista  que  los impulsos cíclicos muestran un grado considerable de sincronización ; un fenómeno que  no podemos explicar   por las relaciones que estas economías entre sí, pues éstas no parecen  lo suficientemente intensas para provocarlo sino por una inserción común a la economía mundial.
Hay, sin embargo, diferencias importantes en la intensidad de la respuesta. En las economías más estables -- México y Brasil --  el efecto de los ciclos fue, especialmente, en los 1980s más moderado. En  Argentina, Chile y el Perú, la crisis se expresó con un vigor inusitado.
Muestra también este indicador, con bastante precisión, el estancamiento  que afectó a Brasil y México, en estos últimos años, la moderación en el ritmo de crecimiento de Chile, la recuperación de Argentina y la vigorosa expansión de la economía peruana.

Adicionalmente a los cálculos presentados anteriormente, se elaboró el indicador de actividad para la economía peruana utilizando series de mayor frecuencia. La elaboración de estos indicadores para el Perú requirió datos que escapan al alcance de lo publicado por la CEPAL. Con este fin se utilizaron datos publicados por el Banco Central de Reserva del Perú con frecuencia trimestral y mensual. El procedimiento utilizado para calcular los índices es el mismo que el utilizado para los de frecuencia anual, al igual que los componentes del indicador.
Se presentan gráficamente, a continuación, los resultados del cálculo del indicador con frecuencia mensual y trimestral para el Perú (Ver Gráficos 6 y 7).
Podemos apreciar. después de estudiar , las ilustraciones incluidas  no sólo el impacto de la crisis actual  sino también el efecto de   impulsos cíclicos de menor intensidad: la leve recuperación de Vásquez-Bazán ( El episodio del dólar MUC), la desaceleración post electoral del Segundo Gobierno de Fujimori y el Efecto de la Crisis Asiática, y, la dinámica  final del II Gobierno de Belaunde.
Aunque hemos trabajado series ajustadas estacionalmente, porque no producen un  resultado diferente: la sensibilidad del indicador nos permite determinar , sin ninguna ambigüedad, los puntos de quiebre del ciclo económico.
Para terminar puede ser importante notar   que las fluctuaciones estacionales de este indicador  pueden  ser bastante diferentes a las de índice mensual de actividad. Ello es así  porque  los componentes ( producción industrial, demanda interna autónoma y Comercio Exterior) , no incluyen ninguna variable vinculada a la producción Agrícola.   Como consecuencia, el pico estacional ocurre en el IV trimestre  del año  y no en el II trimestre,

Gráfico 6: Actividad Económica Trimestral - Perú (índice 2000=100)


Gráfico 7: Actividad Económica Mensual - Perú (índice 2000=100)


 

III

INDICADORES CONJUNTOS PARA AMÉRICA LATINA

Tomando como base los indicadores que corresponden a cada economía podemos componer  índices promedios para toda la Comunidad Andina.
Si usamos wit para denotar el peso del país i en el momento t., con la siguiente fórmula ,podemos expresar estos índices conjuntos:
(2)  lnITt=w1t*LnI1t+ w2t*LnI2t+…+wit*LnIit+….+wnt*LnInt
IT es el índice que  expresa el estado de  la economía de toda la Comunidad Andina en el momento t; Iit es el indicador que corresponde al país i; y, wi el peso que se le asigna.
Para determinar los ponderadores podríamos usar las series  anuales del PIB en dólares constantes del año elegido como base y así calcular estos  en la siguiente forma:
  wit= (PIBit)/(PIBt)
PIBit es el producto interno bruto medido en dólares constantes del país i en el momento t; PIBt el producto en el mismo momento de todos los países.
Aunque simple, este procedimiento tiene varios inconvenientes. En primer lugar,  es claro que ponderadores basados íntegramente en el valor del PIB, no permiten medir con precisión lo que puede ocurrir en las economías más pequeñas, especialmente, si la distribución de los países por tamaño está demasiado concentrada. Es claro, que en estas circunstancias, la trayectoria y puntos de inflexión del índice de producción agregado  reflejaría básicamente lo que ocurre en los países de mayor tamaño. En segundo lugar, los pesos  calculados  pueden ser sensibles extremo a las condiciones  económicas prevalecientes en el año elegido como base. Finalmente, el valor del producto interno en  dólares  puede no reflejar de forma adecuada el bienestar de los , distintos países,  ya que es probable que haya diferencias apreciables en la estructura de precios relativos. En particular, con una fórmula de esta naturaleza, podemos subestimar el valor del producto interno de los países más pobres , Finalmente, la  expresión  es en extremo sensible ante los desarrollos excepcionales que pueden ocurrir en un país específico .
Podemos evitar estos efectos y así apreciar cuán representativo es nuestro indicador,  si  determinamos los pesos  con otro tipo  citerior. Así, para evitar sesgar el resultado a favor de los países más ricos, en lugar del valor en dólares del PIB, podríamos usar el total de población y así escribir:
wit= POBit/POB
Donde POBit denota la población en el momento t del país i y POB la población total de la Comunidad Andina.
Si estamos interesados en reflejar las condiciones económicas  en un país representativo de la Comunidad Andina, sería necesario otorgar a cada país idéntica ponderación, donde N es el número de países:
wit= 1/N
Para reflejar los desarrollos que afectan a todos los países y excluir los factores específicos, puede usarse un procedimiento análogo al  usado para calcular la medida del nivel de actividad en cada país.
Finalmente, en vez de un promedio ponderado, puede ser más conveniente usar  una mediana ponderada,  donde los pesos indicarían la frecuencia relativa y el índice conjunto el punto medio de la distribución.
Desafortunadamente, la expresión (2) no puede ser utilizada para computar la mediana ponderada de los índices individuales de actividad económica., pues en este caso el índice ponderado sería el valor que minimizaría el valor absoluto de las desviaciones de los índices de actividad de cada país, es decir, aquel que permite obtener el valor más reducido de la siguiente expresión:
(4)  U=  w1t*|It-I1t|+w2t*| It-I2t|+ …+wit*|It-Iit|+….+wnt*|It-Int|
Es claro que (4) no posee una solución analítica, aunque el valor que minimizaría dicha expresión  puede encontrarse por un procedimiento sencillo. Consiste éste de los siguientes pasos:
·        Replicar tantas veces como indica el peso cada observación individual
·        Tomar la mediana de las observaciones generadas en el paso anterior.
Puede demostrarse que el valor obtenido en el segundo paso minimiza la expresión (4). La propiedad más conveniente de la mediana ponderada es su falta de sensibilidad ante la ocurrencia de observaciones excepcionales, pues éstas no suelen alterar los valores intermedios de una distribución.
Si deseáramos contrarrestar el efecto que sobre los ponderadores ocasiona las diferencias en las estructuras de los precios relativos, tendríamos que cambiar las formas de valorización de la producción de cada país. La valuación en dólares cuando los precios relativos difieren entre los países, implícitamente presupone la existencia de diferencias en el poder de compra de la moneda que se utiliza como unidad de cuenta, por esta razón, para neutralizar estas diferencias que pueden generar severas distorsiones resulta indispensable volver a valorar la producción de cada uno de los países empleando para ello el mismo conjunto de precios relativos.
Para realizar esto, en primer lugar sería necesario estudios que precisen para un año particular cuales son las principales diferencias existentes en los precios de los países integrantes de la Comunidad Andina con los resultados que arrojen estas investigaciones podríamos recalcular el valor total de la producción  de cada miembro de la comunidad, usando el mismo conjunto de precios y obtener así cifras corregidas para el producto bruto interno dichos países. Estas cifras podrían utilizarse para deducir los pesos correspondientes, así la expresión revisada para los precios vendría dada por:
(5)  wit= (PIB*it)/(PIBt*)
Donde PIB*it, representa el valor del producto bruto interno del país i en el momento t, usando dólares del mismo poder adquisitivo y PIBt* el total de producción de los países de la Comunidad Andina.
Por fortuna, los estudios requeridos fueron realizados recientemente por la CEPAL y resumidos en un documento que tiene como título: Resultados del Programa de Comparación Internacional para América del Sur (CEPAL, 2007). En dicho documento se detalla (para toda America del Sur) la información que requeriríamos para realizar este ajuste y en el apéndice se explica el procedimiento que puede utilizarse para recalcular el valor de la producción de los países miembros de la Comunidad Andina. Si bien, la investigación solo arroja resultados para el año 2005 podemos utilizar los datos de las cuentas nacionales de cada país  para extrapolar los resultados para años diferentes.
Como alternativa al procedimiento detallado en el apéndice del documento citado podríamos intentar corregir los valores del PBI empleando el procedimiento sugerido por Geary en: A note on the comparison of exchange rates and purchasing power between countries” (Geary R. C., 1958). S i este fuera el caso tendríamos que derivar los precios internacionales de los distintos bienes que componen el producto interno bruto de los países de la comunidad andina usando una unidad de cuenta que podríamos denominar el peso andino, para obtenerlo estos precios y la tasa de cambio de la moneda de cada uno de los países tendríamos que resolver el siguiente conjunto de ecuaciones:
Ci = ∑a Ea piaqia/∑a qia , i = 1, 2, …, k   (6)
Ea = ∑i Ci qia/∑i piaqia ,  a= 1, 2, …, n    (7)
Donde Ci es el precio que corresponde al bien i expresados en pesos andinos y Ea es la tasa de cambio del peso andino con respecto a la moneda del país a. Constituyen estas ocasiones un sistema lineal y homogéneo de tantas ecuaciones como incógnitas, pero una de estas ecuaciones es redundante, porque de las ecuaciones (6) y (7) podemos obtener la siguiente:
i ∑a Ea piaqia= ∑i ∑a Ciqia ,    (8)
Para más detalles consultar el procedimiento ideado por R.C, Geary en el artículo citado.
La composición del indicador conjunto fue realizada tanto para América Latina como para los países de la Comunidad Andina utilizando el procedimiento descrito y las series construidas anteriormente. El procedimiento se efectuó utilizando tanto la media como la mediana ponderada. Los resultados para América latina pueden verse a continuación (Ver Gráficos 8-11). Asimismo, se presentan posteriormente los resultados para la Comunidad Andina (Ver Gráficos 12-15).

Gráfico 8 - Actividad económica ponderada según media - América Latina (índice, 2000=100)


Gráfico 9 - Actividad económica ponderada según media - América Latina (variación porcentual)


Gráfico 10 - Actividad económica ponderada según mediana - América Latina (índice, 2000=100)

Gráfico 11 - Actividad económica ponderada según mediana- América Latina (variación porcentual)


Gráfico 12 - Actividad económica ponderada según media - Comunidad Andina (índice, 2000=100)


Gráfico 13 - Actividad económica ponderada según media - Comunidad Andina (variación porcentual)

Gráfico 14 - Actividad económica ponderada según mediana - Comunidad Andina (índice, 2000=100)

Gráfico 15 - Actividad económica ponderada según mediana - Comunidad Andina (variación porcentual)


 

IV

LOS DETERMINANTES DEL CICLO ECONÓMICO

Los indicadores que describiremos en esta sección intentarán describir la marcha de los principales factores que determinan la producción en cada país y  en la región andina como conjunto. Para ello hemos agrupado los distintos determinantes del ciclo económico en los siguientes rubros:
(1) Condiciones internacionales; (2) condiciones monetarias y financieras  (3) condiciones fiscales (4) y condiciones de oferta. Los tres primeros intentan seguir la marcha de la demanda agregada en cada país de la comunidad mientras que los determinantes agrupados bajo el cuarto indicador sintetizan el impacto de los eventos naturales que afectan el aparato productivo. Indicamos a continuación la metodología que utilizaremos para derivar estos índices.
Nos demuestra la experiencia histórica que los determinantes esenciales del nivel de actividad de las economías andinas son: las condiciones que prevalecen en los mercados financieros internacionales y los mercados comerciales donde se transan sus productos de exportación, debido a ello resulta indispensable medir de la forma más exacta posible como evolucionan estos determinantes porque los mismos pueden regir gran parte de la trayectoria de las variables macroeconómicas internas.
El gran problema es que no existe una medida que sea plenamente satisfactoria, ausencia que no atribuimos a la escasez de información, sino al hecho que los indicadores macroeconómicos usuales han sido concebidos con otro propósito en mente, por ejemplo, la evolución del producto bruto interno de Estados Unidos puede ser escasamente relevante para un país exportador de materias primas en los años recientes, ya que , gran parte del mismo está conformada por el sector servicios, un rubros que por definición hace poca demanda de materias primas y que muestra poco sincronía con la producción material. También las variables financieras relevantes para Estados Unidos podrían no serlo tanto para las economías emergentes, por esta razón resulta importante construir un índice agregado, no de todos los sectores de la economía Norteamericana, sino de aquellos con los cuales están vinculadas las economías andinas. En la edición de octubre del presente año del World Economic Outlook del Fondo Monetario Internacional propone medir las condiciones económicas que prevalecen ene le mundo en base a las siguientes series[1]:
·        Índice de precios de los commodities
·        El índice de producción industrial
·        El índice de pecios de los metales
·        El Spread entre los bonos del tesoro americano de 3 meses y 10 años.
·        Y las Utilidades (S&P 500).
Para desarrollar un índice adecuado de condiciones financieros el principal problema a resolver son los distintos regimenes de  política monetaria en los países de la comunidad andina. Las economías más grandes (Colombia y Perú) permiten una fluctuación limitada de sus monedas y han adoptado para administrar su política monetaria las reglas del régimen de objetivos de inflación, en contraste, las economías más pequeñas poseen todavía esquemas de tipo de cambio fijo, e incluso (en el caso de Ecuador) una forma extrema de dolarización. Por esta razón, conviene construir un indicador de política monetaria que incluya varias series que con un sistema adecuado de ponderaciones pueden ser adaptadas a cada caso específico. Las variables que pueden incluirse en el mismo podrían ser las siguientes:
·        La tasa de crecimiento del crédito que recibe el sector privado
·        Las tasas de interés de referencia
·        La inflación subyacente
·        El coeficiente de dolarización
·        La tasa de variación del tipo de cambio nominal
La brecha entre el producto efectivo y el producto potencial (este tema será tratado con mayor detalles en la sección donde discutiremos el indicador que mida la oferta agregada de la economía)
En base a estas series, siguiendo un esquema similar al indicador que utilizamos para hallar la dinámica económica para cada país, podemos hallar de manera conjunta un indicador para la comunidad andina.
Para medir las condiciones fiscales resulta indispensable distinguir con claridad el componente estructural del cíclico, ya que los mismos obedecen a distintos determinantes.
Para estimar los datos del déficit total pueden conseguirse con facilidad las cuentas nacionales, pero no así los datos del déficit estructural. Sin embargo, una medida del mismo puede obtenerse con facilidad a partir de una medida de un índice que mida la oferta agregada de la economía. Aparte del déficit, l indicador de política fiscal debe incluir series que midan de forma aproximada cuan sostenible resulta la política fiscal. Proponemos incluir tres:
·        El ratio entre el valor de la deuda externa y el producto bruto interno.
·        El ratio entre el valor de la deuda externa y las exportaciones
·        A partir de estas series se puede componer un indicador de política fiscal.
En todos los países andinos desempeña todavía un papel crucial el sector primario de la economía, pues este es el responsable de la fracción más importante de las exportaciones, y de una fracción importante también del producto bruto interno y del empleo. Sin embargo su dinámica productiva puede ser regida por factores bastante diferente a los que predominan en el sector no primario de la economía: Clima, inversiones acumuladas, maduración de proyectos de inversión, etc.
De allí que resulte indispensable el estudio de los ciclos económicos en la medida pura de las condiciones que rigen la oferta agregada en estos países, en el corto plazo el producto del sector primario puede experimentar abruptas fluctuaciones que poco tienen que hacer con las políticas fiscal o monetaria.
En efecto conocemos que el ciclo de El Niño (fenómeno climatológico recurrente), tiene una importancia fundamental en la dinámica de industrias estratégicas para estos países, por ello es indispensable contar con un indicador que nos resuma las condiciones de oferta que predominan en un año particular, desgraciadamente la definición usual de las estadísticas internacionales no corresponde exactamente con la del conjunto de industrias sujetos a este tipo de de determinaciones, pues esta incluye dentro de la manufactura, muchas industrias que procesas materias primas para su exportación.
Proponemos, para tomar en cuenta esta dificultades, distinguir en cada uno de los países andinos dos tipo de industrias, (a) aquellas donde la dinámica de la oferta es el componente crucial en el corto plazo (b) las industrias donde las fluctuaciones de la demanda desempeñan el papel fundamental.
En el primer grupo de industrias pueden incluirse los siguientes sectores industriales:
·        La agricultura,
·        La ganadería
·        La pesca
·        La electricidad
Todas las ramas de la manufactura que procesan las materias primas producidas en el sector primario (industria pesquera, industria del azúcar, refinerías de metales no ferrosos, y refinerías de petróleo)
En el segundo grupo incluiremos a las siguientes:
·        Todas las ramas de las manufactura con excepción de las citadas en el párrafo anterior
·        La construcción
·        El comercio
·        El transporte
·        Y el resto del sector servicios
Para aislar el impacto de la demanda será necesario en este segundo grupo de industrias estimar el PBI potencial de estas industrias, el índice de oferta se puede obtener combinando la producción del primer grupo de industrias con el  PBI potencial del segundo grupo de industrias.
Se construyeron los indicadores de los determinantes del ciclo económico, nuevamente, para la Comunidad Andina, con una frecuencia anual, y para el Perú, utilizando series trimestrales. La información utilizada para la construcción de los indicadores correspondientes al Perú fue obtenida de las series publicadas para el Banco Central de Reserva del Perú, mientras que los datos utilizados en la elaboración de los indicadores para la Comunidad Andina fueron provistas por el Proyecto de Cooperación UE-CAN en estadísticas, ANDESTAD. Estos, a su vez, recopilaron la información de los distintos bancos centrales y agencias estadísticas de la región.
Caso particular es el indicador de condiciones internacionales, pues los datos necesarios no corresponden a características particulares de las economías bajo análisis, sino de la economía global. Así, fue necesario recurrir a otras fuentes para obtener esta información. Los índices de producción industrial para los países miembros del G7 fueron obtenidas de la OECD. Para medir las utilidades se utilizó el índice bursátil S&P 500, elaborado por Standard and Poor. La información concerniente al rendimiento de los bonos del tesoro de Estados Unidos fue obtenido a través del sistema FRED, de estadísticas históricas, de la Reserva Federal de St. Louis. Los precios de los metales fueron obtenidos del sub-índice de metales del índice general TR/J-CRB, de Thomson Reuters y el Commodity Research Bureau.
Limitaciones correspondientes a la poca disponibilidad de datos para los países de la subregión andina resultaron en que el cálculo de los indicadores para la CAN se sin emplear la totalidad de las series descritas en el procedimiento. En particular, no fue posible encontrar estadísticas financieras detalladas para Ecuador y Bolivia, lo cual impidió construir adecuadamente el indicador de condiciones monetarias y financieras. Asimismo, no se consiguieron datos sobre el PBI potencial por sectores, por lo fueron omitidas de la construcción del indicador de condiciones de oferta.
A continuación están disponibles figuras que ilustran el resultado de la elaboración de estos indicadores, con una frecuencia anual, para la CAN (Ver Gráficos 16-19).


Gráfico 16 - Índice de condiciones internacionales - CAN (índice, 2000=100)


 Gráfico 17 - Índice de condiciones fiscales - CAN (índice, 2000=100)




Gráfico 18 - Crédito bancario al sector privado - CAN (índice, 2000=100)


 Gráfico 19 - Índice de condiciones de oferta - CAN (índice, 2000=100)


De acuerdo a lo comentado anteriormente, también se calcularon estos índices para la economía peruana, utilizando una frecuencia trimestral, empero. Esto, debido a la mayor disponibilidad de datos y a que, al no trabajar con un conjunto de países, se evita la pérdida de datos por ausencia de información de alguna economía. Permanece, sin embargo, la dificultad en el cálculo del índice de oferta debido a la necesidad de calcular individualmente el PBI de cada sector utilizado. Se tiene, a continuación, la representación gráfica de los resultados obtenidos (Ver Gráficos 20-23).
 Gráfico 20 - Índice de condiciones internacionales - Perú (índice, 2000=100)

Gráfico 20 - Índice de condiciones fiscales - Perú (índice, 2000=100)


Gráfico 20 - Índice de condiciones monetarias y financieras - Perú (índice, 2000=100)


Gráfico 20 - Índice de condiciones de oferta - Perú (índice, 2000=100)



[1] Es posible encontrar este discurso en Internet. Ver, por ejemplo, la siguiente dirección electrónica: http://marketplace.publicradio.org/display/web/2009/09/14/pm-gdp/.  Incluye también este enlace una interesante entrevista a Stephe Landefel, el director del Bureau de Economic Analyis, la ofina del gobierno de los Estados Unidos que publica los estimados del Producto Interno Bruto para los Estados Unidos. Una copia del reporte de la Comisión que menciona Sarkozy puede encontrarse en  : lhttp://www.stiglitz-sen-fitoussi.fr/documents/rapport_anglais.pdf
[2] “GDP: One of the Great Inventions of the 20th Century”,Survey of Current Business, Jan, 2000.
[3] Véase Naciones Unidas  y  otros,  “Medidas  de  precios  y  volumen”, Sistema  de Cuentas Nacionales  1993,    capítulo XVI, párrafos 16.31 a 16.59.
[4] Para más detalle véase World Economic Outlook October, 2008 pp. : 45-46